De la Línea recta a la Esfera II

Fuente M.S.Escher

En la entrada anterior había prometido volver sobre Jean Baptiste Colbert y aquí estoy con el sujeto. Aclaro que expondré sobre él lo que corresponde a la Historia de la Tecnología, antes que los detalles que tratan lo que se denomina Historia en entornos de aprendizaje.

Vamos primero con un poco de contexto.

Después de una vida azarosa y con cierto acceso a los entornos de la realeza, cerca de los cuarenta años, Jean Baptiste consiguió una changa con un tipo algo extravagante que fue nombrado Rey a los cinco años cuando corría el año 1643. Un tal Luis XIV. Algo creído, autodenominado El Rey Sol, a quien podrán apreciar en toda su humildad en la ilustración más abajo.

Luis XIV

Parece que no tuviera nada que ver pero si. Por esos tiempos el representante de la Santa Sede en Francia era el Cardenal Mazarino quien fue nombrado Tutor del niño Rey, luego se nacionalizó Francés y más luego manejó las finanzas del reino.

Cardenal Julio Mazarino

Cuando Luis XIV asumió como Rey a los dieciséis años, mantuvo a Mazarino como ministro de finanzas y este, a su vez, tuvo el acierto de nombrar (para que labure en lugar suyo), a nuestro sujeto en cuestión: Jean Baptiste Colbert.

Jean Baptiste Colbert

Este señor entra a la Corte y al hacerse cargo del cargo comprueba que no le habían dejado ni un peso. Entre las guerras, la mala administración, los lujos de la nobleza y el clero, Francia estaba arañando la ruina y Jean Baptiste sólo podía rascar el fondo de la olla.

En ese momento, la flota marítima francesa era de tres barcos hechos bolsa y sin marineros. Enfrente. España, Portugal, Inglaterra y Holanda tenían una flota descomunal dedicada a depredar las riquezas naturales de África y América.

Lo primero que hizo Jean Baptiste ante la situación, fue montar centros de Tecnología naval, construir astilleros, puertos, más de cien barcos, escuelas navales, nacionalizó todo lo que se le puso a tiro (¿Recuerdan Los Gobelinos?), eliminó el fraude de la nobleza en la recaudación de impuestos, estandarizó su cobro y el sistema de medidas, construyó un sistema de carreteras y dispuso que todo lo que encontraran quienes navegaban bajo bandera francesa, reclamaran para sí el monopolio de sus hallazgos.

Cuando la flota francesa salió a recorrer los mares, sólo quedaban por robar algunas sardinas y…, personas. se llevaron entonces miles de africanos interesados en conocer Europa.

A pesar que algunos se arrepentían y decidían morirse de hambre y enfermedades por el camino, el turismo imperativo se convirtió en un negocio ultra rentable. Un pequeño problema fue que llegados a Europa, por cuestiones idiomáticas y culturales, los seres humanos pasaron a ser esclavos.

En otro orden y de paso por el África subsahariana, encontraron en Senegal una sustancia gomosa que se extraía de la corteza de la Acacias, y aunque no sabían que era la monopolizaron igual.

Un par de siglos más tarde con el avance en distintos campos de la Tecnología, se convirtió en una sustancia fundamental para varios tipos de industria: textil, alimentaria, cosmética y otras más insólitas que trataremos más adelante.

Fue tan importante este componente, que en el siglo XVIII dio lugar a la guerra de la goma que ganó Francia. Se quedó con el monopolio para Europa y, aún hoy, comercializa el 55% de la goma arábiga a nivel mundial.

Pero volvamos a Jean Baptiste. Como necesitaba moneda para encarar las reformas, miró hacia adentro buscando dónde podía rascar un mango más. Gran desilusión.

A los campesinos ya no tenía nada para sacarle, apenas subsistían.

Las cajas de jubilaciones, no existían, los jubilados tampoco. Un lugar menos donde meter la mano.

Campesinos antiguos y jubilados actuales

Al Rey y al Cardenal Mazarino, los más ricos de época, no se le podía exigir contribución (ya bastante sacrificio hacían).

Para financiar sus planes, como ya vimos le metió la mano en los bolsillos de la nobleza y el clero. Ganó los dinerillos que necesitaba pero perdió muchos amigos y además de lo mencionado más arriba, construyó en seis años el Canal Du Midi, una obra de ingeniería monumental para la época (una especie de Hidrovía como la nuestra, pero hecha a mano), para vincular el Atlántico con el Mediterráneo.

Con esa obra evitó que los barcos de transporte tuvieran que bordear toda la Península ibérica para ir de un lado al otro, le quitó una enorme fuente de ingresos al rey de España y se quedó con la recaudación de los peajes para Francia. Hoy día hay algunos por estas tierras que quieren hacer algo parecido pero sin trabajar, sólo quedarse con la recaudación.

Canal du Midi

En definitiva, Jean Baptiste y la Revolución Económica que introdujo en Francia fue tal vez un precedente de valor para lo que sería más tarde la Revolución Francesa endiosada en todos los textos por su trascendencia política, aunque hay algunos que dicen en voz baja que la igualdad era sobre los sistemas de medida, siguiendo el ejemplo de JBC.

Y si bien sus principios proclamaban la igualdad, la práctica demostró que ésta no era extensible a las mujeres, que recién obtuvieron la categoría de personas en el siglo XX. Que la libertad fue sólo para unos pocos y que la fraternidad podemos medirla tanto a golpes de guillotina como al trato dispensado a los niños, a los desposeídos y a los que en un tiempo fueron seres humanos, luego esclavos y hoy día migrantes.

Sospecho que me quedo corto al nombrar el trabajo de Colbert pero lo dejaremos para otra entrada donde se verá que la goma arábiga, el objetivo central de estas líneas, produjo una mini revolución tecnológica al ser aplicada a los procesos más insólitos que se puedan imaginar.