TECNOLOGÍAS, SMARTPHONES Y CONDUCTAS

Nuestros útiles de escritura participan en la

 formación de nuestros pensamientos.

Friedrich Wilhelm Nietzsche

Desde que el ser humano constituye grupos sociales las máquinas, por simples que fueren, comienzan a reemplazar progresivamente a las personas en algunas de sus tareas e inducen a su vez, profundas transformaciones en las relaciones sociales.

“El molino movido a brazo nos da la sociedad de los señores feudales; el molino de vapor, la sociedad de los capitalistas industriales. Los hombres, al establecer las relaciones sociales con arreglo al desarrollo de su producción material, crean también los principios, las ideas y las categorías conforme a sus relaciones sociales.” [1]

En la actualidad y en las sociedades tecnificadas, los dispositivos tecnológicos permean todos los aspectos del accionar humano y, paradójicamente, pasan inadvertidos el poder y el condicionamiento que ejercen sobre la sociedad y la cultura.

Inmersos en la infósfera,[2] mientras suponemos utilizar las infotecnologías, no advertimos que son estas las que nos están usando al modificar y condicionar nuestras relaciones.

Identificar las conductas individuales que generan es simple, basta mirar con atención a nuestro alrededor para observar las relaciones enfermizas [3] que producen y los comportamientos insólitos que promueven.

Despersonalización

Detectar los cambios en los desempeños sociales, es una tarea más compleja. Las novedades enceguecen y nos sumergen en la rueda interminable de la obsolescencia programada.[4] En el caso particular de las infotecnologías, al proliferar, imprimen un ritmo vertiginoso a las transformaciones de las prácticas sociales, modifican la forma de simbolizar los datos de la realidad y, en consecuencia, la de elaborar subjetividades.

Por su carácter intrusivo y abarcador han fomentado el crecimiento y consolidación de la sociedad del espectáculo,[5]  que conduce a “la declinación de ser en tener, y de tener en simplemente parecer”. En ese trayecto descendente, lo íntimo se hace público, las vidas ajenas se convierten en artículo de consumo y evitan que miremos la miseria de las nuestras.

Guy Debord La sociedad del espectáculo.

Todo ocurre de un momento a otro, y a veces antes.

Yogi Berra

Tan rápido sucede todo, que quienes debieran alertar sobre estos cambios (las escuelas, las universidades), y orientar la reflexión sobre ellos, se enteran por los medios de (des)información masiva de lo que ocurre puertas adentro, en el interior de sus aulas.

Recuerdo un caso sucedido hace algunos años, en los inicios de esta infodemia que fue (como todo), tapa de los diarios mientras se lo podía explotar: en medio de una “clase”, una estudiante hot, compartió sus intimidades con los habitantes del planeta a través de Youtube.

Cuando los “buceadores profesionales” de los medios (que son fines), encuentran alguna de estas perlas comercializables como “información”, primero la difunden y luego, engordan el tema con testimonios [6] de especialistas que hoy día proliferan como las moscas, recordemos la cantidad de pandemiologos (infectólogos, epidemiólogos, emergentólogos, especialistas en generalidades, etc.), siempre guiados en sus respuestas por un grupo de panelistas especializados en ignorancia social, que hicieron su aporte a la confusión, a la desconfianza y a la desinformación generalizada.

Hoy día estamos viendo algo similar con las luchas palaciegas que son comentadas por variedad de analistas políticos que se han reproducido como conejos, con las mismas consecuencias para los ciudadanos de a pie que tuvieron al actuar ante la pandemia.

Pero volvamos a la estudiante hot pionera en este tipo de cuestiones. Ni bien se viralizó el video, la joven estudiante de derecho en una universidad privada que además, hace alarde de su indigencia conceptual: explica ante las cámaras que la situación “le da paja”, y que la gente “habla al pedo”. Todo un signo de urbanidad y buen gusto, característico de un universitario.

Con aportes tan sustanciales, la situación deriva en un debate [7] donde el verdadero eje de la discusión (la utilización de los dispositivos tecnológicos), nunca sale a la luz y deriva en una polémica estéril que muestra la anorexia analítica de los protagonistas y la falta de respuesta (y de propuesta) de las instituciones, frente a hechos que las involucran.

Problemas que surgen, por ejemplo, ante el uso indiscriminado de un dispositivo denominado smartphone o “teléfono inteligente”, al que el usuario le transfiere esa cualidad humana al momento de utilizarlo, para exhibir en la web un video que permanecerá allí por siempre, mostrando una conducta que tal vez la protagonista se reproche en el futuro.

En estos casos, que no son una novedad [8] pero son cada vez más notorios y reiterados, las instituciones certificantes (también denominadas educativas aunque no lo sean), muestran la enorme distancia que existe entre la “realidad real” y la “realidad escolarizada” ante la irrupción de la tecnología en todos los aspectos de la vida social.

La imposibilidad operativa muestra que, mientras el sistema educativo (que no es tal), siga considerando a la Tecnología nada más que un “saber hacer”, “ciencia aplicada”, “informática” o “computación”, ignorando su racionalidad impetuosa, transformadora e impulsora de profundos cambios sociales y culturales, seguiremos en debate, sin saber que enseñar sobre el tema [9].

Sospecho que, en tanto la escolaridad pretenda, como aprendizaje prioritario respecto del conocimiento Tecnológico “que los alumnos puedan plantearse interrogantes y ser capaces de encontrar respuestas acerca de algunas de las relaciones entre la técnica y el modo en que las personas resuelven problemas de la vida cotidiana” (Ley 26.606) y desconozca que viven sumergidos entre dispositivos que sólo promueven aprendizaje instrumental, la enseñanza seguirá retrocediendo y reduciendo sus expectativas al punto que ya no se las pueda ver.                                                


REFERENCIAS

[1] Karl Marx (1846): Miseria de la filosofía – Cap. II Pag. 5

[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Infoesfera

[3] http://opinion.infobae.com/umberto-eco/2013/08/06/dejando-el-habito-del-telefono-celular/

[4] http://es.wikipedia.org/wiki/Obsolescencia_programada

[5] http://es.wikipedia.org/wiki/Sociedad_del_espect%C3%A1culo

[6] http://www.lanacion.com.ar/1579975-no-hay-ninguna-sancion-dijo-la-estudiante-hot-de-la-uca

[7] http://es.wikipedia.org/wiki/Debate

[8] http://portal.educ.ar/debates/eid/tecnologia/tecnologia-violencia-y-animism.php

[9] http://sintesis-educativa.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=417:que-ensenar-sobre-las-tic&catid=2:colaboraciones&Itemid=5

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